jueves, 21 de enero de 2010

MANUEL ESPINO: MERCENARIO DE OCASIÓN


Roberto Molina


Corrían los meses de febrero y marzo del 2006, tres escenarios diferentes para una obra a punto de ponerse en escena.
La sección 22 celebraba uno de sus tantos y ya desgastados congresos, los puntos de acuerdo “alto a la represión por parte del Gobierno Autoritario de Ulises Ruiz” y buscar vías para la democratización del estado. Ningún sobresalto. Enrique Rueda informaba oportunamente a su jefe político Ulises Ruiz Ortiz que las cosas marchaban a pedir de boca.
Días después en la Ciudad de México, el gobernador de Oaxaca se reunía con un viejo compañero y amigo; Manuel Espino, a la postre Presidente Nacional del PAN. Los primeros acuerdos eran que el gobernador pasaría una lista de candidatos al presidente del PAN, para que ambos la revisaran y decidieran lo que mejor conviniera.
Dos objetivos: que Adolfo Toledo pudiera ser Senador por la vía de los votos y llevar a Lilia Mendoza en la segunda Formula y segundo, desplazar y hacer a un lado el fantasma de Gabino Cué, quien a decir de los mismos priistas que iban siendo desplazados, había ganado la elección para la gubernatura en Oaxaca en el 2004.
En esos mismos días los desencuentros entre el mandatario y José Murat eran más frecuentes, aún no digería la imposición de Roberto Madrazo y sus principales cuadros estaban siendo corridos prácticamente de las áreas estratégicas en las que se habían sembrado.
La soberbia y empoderamiento de algunos funcionarios de Ulises Ruiz, tal es el caso del entonces secretario de Gobierno Jorge Franco, cada día calaban más hondo en las organizaciones sociales sobre todo en aquellas a las que daba la impresión de tenerles un desprecio absoluto.
Por otro lado, la corrupción y mediocridad eran más evidentes en algunos otros funcionarios como es el caso de Bulmaro Rito Salinas, entonces Presidente del Congreso y quien ha sido señalado por propios y extraños como el personaje más corrupto en toda la historia del Estado.
Los acuerdos se fueron cumpliendo cabalmente pues poderoso caballero es don dinero y en la segunda reunión en la ciudad de México Ulises Ruiz y Manuel Espino revisaron las listas y se palomearon a los candidatos del PAN.
Manuel Espino vía telefónica informó a Jorge Valencia Arroyo, quienes deberían ser los candidatos y posteriormente este último empezó a operar el tema.
Alfredo Ahuja y Bernardo Barragán no quisieron renunciar a sus puestos como delegados Federales, y ordenaron entonces a Moreno Alcántara ir en la segunda fórmula ya que la candidatura de la primera había sido aceptada por María de los Ángeles renunciando a la delegación de Oportunidades.
Moreno Alcántara que presidia entonces la fracción parlamentaria del PAN, aceptó por dos motivos, el primero por ser empleado de Bulmaro Rito y el segundo por los recursos para una campaña que nunca hizo (900,000 mil pesos). Quienes conocen mejor la historia son los mismos panistas, aves de tempestades y serviles siempre al Gobierno de Ulises Ruiz. Cuentan que hasta Perla Woolrich reclamó a Manuel Espino la decisión de los candidatos, ya que casi dos millones de pesos para las campañas, eran una suma nada despreciable y había que pelear la nominación.
La historia es de todos conocida, se reprimió al movimiento magisterial por una decisión de letargía política, el pueblo se organizó y asistió masivamente a las urnas y ni el apoyo de Manuel Espino pudieron detener la victoria aplastante de Gabino Cué.
La segunda vez que se anunció a Gabino para contender por la gubernatura, de nueva cuenta se recurrió a Manuel Espino y esta vez la presentación de su libro “Volver a Empezar” fue el pretexto exquisito para venir a despotricar en contra del senador, todo con cargo al erario del estado.
Conforme se acercan más los tiempos y el termómetro empieza a marcar un aumento en la temperatura, con los dos principales candidatos ya en plena campaña y un Beto Pazos coqueteando a la parte femenina más recalcitrante del panismo al mismo tiempo que con Ulises Ruiz, se hace necesario echar mano de los mismos actores: otra vez Manuel Espino, su mercenario de ocasión con el pretexto de una charla pendiente con Carlos Moreno Alcántara.
La puesta en escena esta cerca, faltan todavía algunos personajes si no al tiempo.

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